Saluda primero, pide después

Por Marta Michelle Colón

Hace dos semanas, tuve el privilegio de hablar en la quinta graduación del Programa Presidential Leadership Scholars, creado por los pasados presidentes George W. Bush y Bill Clinton.

Es increíble validar cómo dos presidentes, con visiones, ideales y estilos de pensamiento diferentes, concuerdan en un elemento primordial: necesitamos ser más humanos, escuchar opiniones diversas, tener humildad, conocer que no lo sabemos todo y reconocer que si le huimos al egocentrismo, entendemos nuestra capacidad de impactar positivamente la vida de los demás.

De las conversaciones que tuvimos con los presidentes ese día y durante la cena, algunas cualidades continúan resonando una y otra vez —como campana de iglesia cada hora—, pues crean un impacto en cada uno de nosotros en el entorno social y profesional. ¿Cuáles son?

Hacer las cosas bien. (Hacerlas regular o mal no cuenta nunca).
– Tener compasión
– Tener integridad
– Tener accountability (Si dices que vas a hacer algo, hazlo. Hacer que otros te den seguimiento continuo te quita credibilidad).
– Hacernos dueños de nuestras acciones
– Ayudar a los que conocemos y a los que no conocemos
– Estar disponible a aprender algo nuevo todo el tiempo
– Promover la iniciativa en los demás
– Tratar a todos con respeto
– Evitar el cinismo
– Mantener la humildad
– Ser fanático del detalle
– Ser consistente en nuestras acciones y conductas
– Entender el valor de nuestra reputación
– Ser justo (a)

La realidad es que son cualidades y acciones super fáciles de poner en práctica, y además, proveedoras de grandes oportunidades en nuestra vida, familia, comunidad y ambientes de trabajo. Siempre debato con mi hijo y colegas que una sola persona puede lograr cambios significativos —y en estos momentos históricos donde la competencia negativa, la falta de honestidad, la maldad, la injusticia, la agresividad, la falta de respeto, el deseo de reconocimiento y la envidia imperan en el ámbito público y personal— existe la gran oportunidad de ponderar y aprovechar nuestra capacidad de crear cambios positivos, ser mejores personas, y asegurar un mejor Puerto Rico. Seamos más humanos, empezando por saludar, en vez de machacar. Después de todo, si otros practican actitudes y cualidades, ¿por qué nosotros no lo tratamos y logramos?