¿Qué me asegura éxito y requiere cero talento?

Por Marta Michelle Colón

Esta es una pregunta que mis clientes me hacen a diario. Mi respuesta tiende a ser sencilla: inteligencia emocional y sentido común (que no es el más común de los sentidos). La realidad es que existen conductas fáciles de practicar, que no requieren habilidades especiales, y pueden hacer la diferencia entre una vida social y profesional exitosa y otra llena de tropiezos. ¿Cuáles son algunas de estos?

1. Ser puntual – Cada vez más, la puntualidad está en peligro de extinción. Hace unos años trabajaba frecuentemente con una persona que, continuamente, llegaba tarde a cualquier compromiso. Llegó el momento en que, para asegurar su puntualidad, la citaba de 30 a 45 minutos antes que el compromiso estaba pautado para comenzar. Desafortunadamente, ella nunca logró entender que ser impuntual impacta negativamente las reputaciones, pues proyecta falta de consideración a quien hacemos esperar y mal manejo de nuestro tiempo. Estar a tiempo, no requiere una habilidad especial, solo responsabilidad.

2. Lenguaje corporal apropiado – Pues habla más de lo que las palabras pueden decir. Nuestro lenguaje corporal refleja actitudes, sentimientos y, por ende, tiene un impacto en la mayoría de nuestras actividades y relaciones diarias, ya que delata cómo nos sentimos o pensamos sobre una situación, una persona y hasta en relación con nosotros mismos.

3. Actitud – Particularmente, que demuestre optimismo, adaptabilidad y flexibilidad. Una mente abierta al cambio, estar dispuesto a la retroalimentación constructiva y flexibilizar nuestras costumbres, siempre que no impacten nuestros principios y valores, son esenciales para el éxito. Pensemos: ¿a quién le gusta compartir con personas negativas? ¿O estar con personas que todas sus respuestas son alrededor de no estar o sentirse bien, de lo difícil que es todo, o pensar que todo lo nuevo o diferente no funciona?

4. Prepararse – Entendiendo que redunda en cómo será el futuro. Prepararnos permite prestar atención a los detalles, estar “presentes” y conscientes de qué necesito hacer y pensar para actuar, cumplir y lograr. Aquellos que dejan la ropa lista la noche antes, que dejan en la puerta todo lo que requieren llevarse de la casa al salir en la mañana, que mantienen su lista de “cosas que hacer” al día, tienden a tener más experiencias positivas en su día a día.

¿Quieres un cambio positivo y que no requiera talentos especiales? Pon estas cuatro sugerencias en práctica y comienza a sentir sus efectos.

Columna Metro PRMarta Colón