Para ganar, hay que escuchar

Por Marta Michelle Colón

¿Has sido culpable de no escuchar mientras otros te hablan? La realidad es que todos lo hemos sido. Tratamos de sintonizar con otros mientras vemos tele, leemos o atendemos nuestras redes sociales.

Inevitablemente, esto resulta en no lograr escuchar activamente a la persona que nos habla.

Escuchar es una habilidad, como lo es jugar un deporte o cocinar. Escuchar activamente sí es posible, solo requiere dedicarle tiempo y esfuerzo.  Estar “presente” cuando nos hablan crea experiencias positivas para nosotros y para la persona que “escuchamos”. Nos provee mejores relaciones con amigos, familiares, colegas y hasta desconocidos. ¿Qué nos ayuda a escuchar mejor?

  1. No necesitar tener la razón siempre, pues tener una posición dualista —“yo tengo la razón y quien me habla está equivocado”— elimina la posibilidad de escuchar. Expresar sentimientos y pensamientos sin la necesidad de estar “correcto” permite expresarnos, escucharnos y entender a los demás.

  2. Eliminar la asignación de culpa. Cuando nos comentan algo y, de inmediato, asignamos culpa, también dejamos de escuchar. Hay que dar el beneficio de la oportunidad, antes que la duda.

  3. Dejar de ser víctima, pues, sin duda, dejamos de escuchar cuando sentimos lástima por nosotros mismos y pensamos que otros son injustos, insensibles y egoístas.

  4. Evitar la defensividad  y el miedo a las críticas o a la falta de aprobación. Siempre existirán personas a quienes no les gusta cómo pensamos, sentimos o actuamos. Cuando lo aceptamos, nos liberamos.

  5. Sensibilidad a los mandatos,  particularmente a la incomodidad de recibir instrucciones o la posibilidad de que otros nos dominen.

  6. Erradicar la desconfianza, pues establecemos la creencia fundamental de que los demás nos manipularán o afectarán si los escuchamos.

Claro, si preferimos unos hábitos más sencillos y que no requieran de autorreflexión o mucho esfuerzo, simplemente, cuando nos hablen, podemos:

  • Hacer contacto visual

  • Estar atentos y presentes

  • Mantener una “mente abierta”

  • Escuchar las palabras y recrear lo que escuchamos

  • Evitar interrumpir e imponer soluciones

  • Esperar para hacer preguntas aclaratorias

  • Hacer preguntas solo para entender (no con el fin de cinismo)

  • Prestar atención a lo que “no nos dicen”, particularmente al lenguaje no verbal

Escuchar está en peligro de extinción. Y es el mejor regalo que nos podemos hacer y brindarles a los demás. Fortalece relaciones, soluciona problemas, asegura entendimiento y resuelve conflictos. Además, redunda en menos errores y mejor manejo del tiempo. Escuchar ahorra dinero, tiempo, y relaciones.